En el año de 1852, la población entera de León se conmovió con el sacrílego robo que fué cometido en el Templo del Barrio Arriba.
El copón y la custodia con las sagradas formas fue robado en medio de la noche. Días después, en un baldío que se ocupaba como basurero, un niño encontró los ornamentos y los vasos sagrados. El niño alertó a los vecinos del hallazgo, sin embargo, nunca fue visto nuevamente, razón por la cual, cuando se erigió el templecito que se construyó para conmemorar este hecho, fué nombrado como del "Santo Niño Perdido"
No hay comentarios:
Publicar un comentario